Es interesante detenerse en la ingeniería financiera que realizará Boca para pagarle el sueldo y los premios a Carlitos Tevez en los tres años de contrato.
A mediados del mes de mayo la "marca Boca" lagrimeó por culpa del gas pimienta y la eliminación en la Copa Libertadores nada menos que ante River. Es tal vez imperceptible, pero al final de cuentas bien real que la imagen del club quedó golpeada, y la llegada de Tevez puede ayudar a que el carrito de la montaña rusa vuelva hacia arriba.
Obviamente, en el equipo de marketing de Boca que lidera Pablo Rohde ya están pensando caminos de activación de la "marca Tevez" (como se dice en la jerga), para conseguir dinero, pero también para que derrame ese prestigio en una marca con fortaleza pero últimamente magullada como es la de Boca.
Con solo mirar a lo que hacen los clubes de Europa cuando presentan a sus estrellas, y el correlato de ventas de camisetas de ese jugador en el mismo día, alcanza para imaginar que, a todo vapor, Boca está poniendo máquinas a trabajar para llegar con lo máximo posible al 7 del 7 (julio), día en el que Carlitos será presentado oficialmente.
Tevez, seguramente, motivará que Boca sume más socios adherentes (los únicos que puede sumar pues la inscripción de socios plenos está cerrada) y va a convertirse en comunicador para nuevas campañas. Habrá mucho cotillón de Carlitos de aquí hasta que termine el año con vistas a generar ingresos adicionales, pero la primera que saldrá a la cancha será un exclusivo asado para personas que pondrán una cifra de cinco dígitos para poder estar allí, y todo ese dinero formará parte de la vaquita para traer a Tevez. Como en los cálculos previos estiman juntar cerca de un millón de dólares, nadie duda que los privilegiados comensales que estén allí pagarán el chorizo y el vacío más caro del mundo. Todo sea por volver a ver a Tevez con la camiseta de Boca.