El papa Francisco realizó esta mañana una extraña visita a un asediado enclave musulmán de laRepública Centroafricana en su segundo día en un país sacudido por la violencia sectaria.
La visita forma parte del mensaje de paz y reconciliación que el sumo pontífice ha llevado al país, donde musulmanes y cristianos están enfrentados desde hace casi dos años.
La violencia ha obligado a la mayoría de los 122.000 musulmanes que residían en la capital, Bangui, a huir por motivos de seguridad. De esa cantidad, sólo 15.000 siguen viviendo allí.
Francisco ha insistido en visitar el vecindario para hacer un llamado a la paz a pesar de las preocupaciones por su seguridad.