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LO QUE DEJARON LAS INTOXICACIONES DE VERANO: CÓMO CUIDARSE DE LOS ALIMENTOS QUE PUEDEN TRANSMITIRLAS.

Las consultas en guardias médicas por casos de intoxicaciones alimentarias aumentaron con el calor. Consejos para tener en cuenta

Según datos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, durante esta época de altas temperaturas aumentan un 30% las consultas en las guardias médicas por casos de intoxicaciones alimentarias. Por ello, es importante saber cómo prevenir las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) mediante acciones simples de higiene y sanidad.
Según datos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, durante esta época de altas temperaturas aumentan un 30% las consultas en las guardias médicas por casos de intoxicaciones alimentarias. Por ello, es importante saber cómo prevenir las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) mediante acciones simples de higiene y sanidad.“Las ETA se refieren a aquellas enfermedades causadas por la ingestión de agua o alimentos contaminados con microorganismos nocivos para la salud”, explica la Dra. Gabriela Ferretti (MN 81.108), divulgadora científica.


Además, la especialista, sostiene que “Los principales agentes de contaminación son las bacterias (que pueden generar intoxicación por sí mismas o bien a través de sus toxinas), los virus y los parásitos, que pueden producir desde cuadros gastroenterológicos sencillos hasta enfermedades más serias como el botulismo, la salmonella y la triquinosis”.
El tiempo de incubación entre la ingesta de los alimentos y el comienzo de las manifestaciones sintomáticas es de una a seis horas o incluso varios días después. Afortunadamente, la mayoría de los cuadros son banales y se resuelven en 72 horas.
“Algunos de los síntomas más comunes producidos por las ETA son dolores abdominales, vómitos, diarrea, fiebre, náuseas y, dependiendo de la causa de la enfermedad, también pueden presentarse síntomas neurológicos, ojos hinchados, deposiciones negras como alquitranadas, materia fecal con sangre o elementos que sugieran parásitos y deshidratación. Ésto último se genera con mayor frecuencia en lactantes, niños pequeños, ancianos y embarazadas, por lo que hay que prestarle especial atención”, sostiene Ferretti.
En caso de que un bebé llore sin lágrimas o no moje el pañal, o cuando niños pequeños y adultos orinen poco o bien la orina sea muy concentrada, cuando su boca esté seca o registren presión arterial por debajo de los niveles normales, puede estarse frente a un cuadro de este tipo.