En el inicio de las acciones, Cruzeiro estuvo tan cerca de abrir el marcador como el remate de Manoel, tras un centro de Marquinhos, que definió de cara al arco y sin marcas pero apenas desviado. Los brasileños salieron decididos a controlar a River en su propio campo, presionando sobre los volantes para obligarlos a meter pelotazos largos y anunciados.
Sin embargo, ese ímpetu de Cruzeiro se fue apagando permitiéndole a River la posibilidad de adelantarse unos metros en la cancha y darle un destino más preciso a la pelota. Cuando el cronómetro marcaba el cuarto de hora, Kranevitter recuperó en tres cuartos de cancha de la visita, filtró el pase entre los zagueros centrales en busca de Teo Gutiérrez pero el arquero Fabio salió rápido de su posición y evitó lo que parecía iba a ser gol.
En los minutos posteriores, el partido cayó en una serie de imprecisiones de los dos lados. Pero a la media hora River se despertó y Teo volvió a tener otra chance, pero hizo rebotar la pelota en la parte externa de la red. Luego, los instantes finales transcurrieron sin que haya emociones en las áreas.
El segundo tiempo comenzó a transcurrir sin mayores incidencias. Por eso, ante la pasividad de su equipo, Gallardo movió el banco: ingresaron Mayada por Ponzio y Pisculichi por Pity González. La intención era la de darle más dinámica al juego de su equipo. No obstante, el que tuvo el gol fue Cruzeiro con una jugada personal de Willian pero Vangioni impidió que el balón traspusiera la línea de sentencia, con Barovero ya vencido.
Para completar los cambios, el Muñeco mandó a la cancha a Cavenaghi en lugar de Mora y en la primera que tocó el delantero ingresado le metió una asistencia perfecta a Gutiérrez, pero el colombiano volvió a fallar en la definición elevando demasiado el remate final.
Pese a los cambios en River y en Cruzeiro el partido no remontó vuelo, ya que solamente entregó algunos destellos con jugadas aisladas sin la continuidad necesaria como para decir que alguno de los dos equipos exhibió un juego colectivo organizado.
Y cuando parecía que nada más iba a suceder, sobre el final, Cruzeiro llegó al gol con un tanto de Marquinhos aprovechando un quedo defensivo que River lo pagó con la derrota.