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Cine en la Espora, el recuerdo inolvidable para los más chicos

Cine en la Espora, el recuerdo inolvidable para los más chicos

José proyectaba gratis películas de dibujos animados en la plaza del barrio. Aquí, cuenta cómo se gestó la idea que hizo disfrutar a toda una generación.
En uno de sus viajes familiares a Mar del Plata cuando tenía 5 años, José Cacciavillani quedó encantado con las funciones de cine al aire libre que se hacían en la rambla. El recuerdo de la alegría que sentían todos los chicos al ver la magia del séptimo arte, lo llevó tiempo después a desarrollar la actividad en su amado Temperley.
De esta manera, todos los jueves de diciembre a marzo en la Plaza Espora y durante 10 años, José les brindó a miles de chicos la misma experiencia que él tanto había disfrutado.
“El primer jueves de diciembre de 1978 di je: ‘voy a pasar cine y entonces, el vecino Eduardo Stellini salió con su Citroen 2CV que tenía una bocina en el techo para dar la noticia.
A la bajada del sol teníamos 500 pibes en la plaza esperando por la función”, recuerda sobre esa imborrable noche de verano José, el impulsor de la idea que también tuvo la colaboración de Miguel Costa. Para proyectar las películas y cortos de dibujados animados en formato Súper 8, tenían tres proyectores a los que le sumaron un amplificador con un alcance de 100 metros y la instalación de un enorme telón blanco.
“ La primera película fue ‘Bambi enamorado’ y l o schicos quedaron tan contentos que decidí seguir haciéndolo durante el resto de las vacaciones”, cuenta José.
Cada jueves era un nuevo éxito y los chicos esperaban ansiosos que se hagan las 20 para colmar la plaza, como si fueran las plateas del mejor de los cines, a la espera de la función en la que también se prendían los vecinos y hasta los más grandes, que no se integraban pero espiaban desde lejos, atónitos.
“Durante el transcurso de la semana me mandaban cartas de agradecimiento y me gritaban por la calle: ‘José, no te olvides del jueves’, y eso me llenaba de satisfacción porque era algo que hacía con amor”, se entusiasma José y agrega que sus hijas Nataya y Tamara también formaron parte del público.
De la plaza a los colegios
Cuando empezaban las clases, el ciclo terminaba hasta que empezaban de nuevo las vacaciones, pero la movida tuvo tanta repercusión que empezó a recibir pedido de escuelas, clubes, cooperadoras, centro de jubilados y actos para recaudar fondos.
A lo largo de 10 años, el ciclo de cine gratuito tuvo más de 120 funciones en una plaza siempre colmada y 250 en locales cerrados. “Siempre trataba de renovar las películas, pero si había que repetir, los chicos disfrutaban como si fuera la primera vez que la veían”, expresa José, quién en la última función en 1988, pasó todos los goles de Argentina en el Mundial ‘78.
Los agradecimientos de los chicos continuaron desde el momento que terminó el ciclo. “Había una barra que venía cada tanto a mi casa, hacían un asado y recordaban las funciones. Se generó una gran relación porque en su momento se sentían contenidos y eso lo siguieron valorando”.
Cuando camina por los alrededores de la plaza le preguntan: “¿Cuándo vuelve el cine?”. “Pronto, pronto”, responde el vecino que llenó de magia a la plaza de Temperley y dejó una marca eterna en todos los chicos que le seguirán agradeciendo por tanta felicidad.

Éxito rotundo”
Los medios de comunicación de la zona se hicieron eco del fenómeno que provocaba el cine en la plaza Espora, entre ellos la revista “Amanecer de Temperley”, correspondiente al Centro Comercial y escrita por el periodista Carlos Parodis Márquez, actual periodista de La Unión.
“La oficina de redacción estaba en frente de la plaza y yo veía que se estaba generando un movimiento en el barrio que merecía tener una difusión”, recuerda Carlos.
La tapa de uno de los números del año ‘79 tenía un dibujo en el que mostraba a los chicos en la plaza mirando el telón blanco donde se proyectaba en letras grandes: “Éxito rotundo”.
“Lo destacable es que empezó como un hobbie de José y se terminó convirtiendo en un movimiento social muy importante que captó a todos los chicos y vecinos del lugar”, analiza Carlos. (la union)