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Los datos que desvelan a la gente de Vidal en la Provincia

En la Provincia tienen preguntas relacionadas con números que dan mal y una decisión que podría convertir un triunfo de Macri en pírrico
Nadie podrá decir que el Presidente no le pone el cuerpo a la campaña. Su imagen está muy presente, aunque está claro que ese handicap que le da ser quien es respecto de sus probables rivales no necesariamente es garantía de nada.
Por el contrario, que todos los días hable no le asegura ascender en las encuestas; ni mantenerse siquiera.A la inversa, sus adversarios ni siquiera confirman candidaturas que se dan por descartadas; casi no hablan y no caen. Y suben. Por el contrario, los datos que circulan y los que maneja la propia Casa Rosada muestran a Mauricio Macri en una pendiente que no encuentra piso.
En el gobierno se habían ilusionado con el G20. Esa semana soñada y la imagen emotiva del Presidente en el Colón encendieron la ilusión en una administración que suele hacer gala de un optimismo elevado. El dólar finalmente calmo después de un 2018 de andar impetuoso, un fin de año tranquilo a pesar de la situación social y unas vacaciones inminentes que auguraban mucho turismo nacional, contribuían al plan de Cambiemos para el inicio del año electoral: un dólar quieto, evitar los desbordes y aguardar a que el optimismo vaya renaciendo conforme la recesión afloje.
Puede fallar. Tras meses de quietud, el dólar volvió a desperezarse encendiendo luces de alarma; la temporada de verano fue olvidable en todos los destinos, con un consumo mínimo por parte de los turistas, y los datos de la economía son monocromáticos: todos en rojo. Lo peor, la inflación que no afloja. Ni siquiera con una recesión de las peores el costo de vida morigera sus porcentajes y los dos primeros meses del año dieron cifras que individualmente pueden corresponder a la inflación anual de cualquier país normal. Peor: marzo viene en el mismo nivel. El viernes ya circulaban cálculos que le asignaban a la inflación de 2019 un 37%.
El peor de los mundos para quien en campaña sostuvo que bajar la inflación era el más sencillo de sus desafíos. Su equipo ya debiera preparar los argumentos que deberá esgrimir cuando sus rivales agiten ese tema en los debates presidenciales.