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SCALONI PREOCUPADO POR SU IMAGEN

Cuando se acercan los tiempos de ciertas definiciones futbolísticas, Lionel Scaloni se encuentra ante la encrucijada de darle un perfil y una idea clara a la Selección para construir lo que hasta el momento son demasiadas dudas y confusiones.
Rumbo a la Copa América a disputarse en Brasil entre el 14 de junio y el 7 de julio próximo, el técnico de la Selección, el técnico Argentino , dejó en la caída por 3-1 ante Venezuela una mala imagen.
No es que Scaloni llegaba al partido con un apreciable viento a favor, producto de su corta estadía en la Selección con cuatro triunfos, un empate y una derrota frente a Brasil, pero en la previa no se advertía que podía autoflagelarse como lo hizo en la noche madrileña ante un adversario ordenado que terminó revelando los problemas estructurales que viene padeciendo Argentina.
Esos problemas que por supuesto trascienden a Scaloni, él los expuso con una crudeza insospechada, como si le pesara demasiado dar un paso firme en la elaboración teórica del partido que siempre puede modificar cualquier circunstancia o imponderable.
Salir con una línea de tres (Mercado, Foyth y Lisandro Martínez) más dos laterales con pretensiones de ida y vuelta (Montiel y Tagliafico), desarmar a los pocos minutos ese intento, reformular el sistema táctico, cambiar de posición a los jugadores, no ser nada claro en lo que le pedía al equipo, tener a Messi en su regreso deambulando por el campo, declarar en conferencia de prensa que le gustó la Selección en el segundo tiempo y repetir una serie de lugares comunes que no hacen ningún aporte valioso, configuraron un episodio que Scaloni tendría que revisar con paciencia, minuciosidad y autocrítica.
Es cierto, el entrenador no acredita experiencias. Y es probable que el arribo del Flaco Menotti como Director de selecciones nacionales le haya despertado ansiedades no resueltas, pero la búsqueda pretenciosa de mostrarse como un profesional moderno y aplicado en la comprensión del juego no significa tener que subirse al carrousel de la táctica por la táctica misma.Porque esta fue la actitud que pareció asumir Scaloni para granjearse adhesiones de no se sabe quién: ser un hombre que maneja sistemas. Que entiende y sabe de sistemas.
 Por eso la línea de tres (que fue arrasada por Venezuela), luego la línea de cuatro, un solo punta en ataque, la doble punta, la constitución errática de los volantes que van por afuera o por adentro y el diseño, en definitiva, de un mapa táctico y estratégico que confundió a todos. Incluso a él.